El
Nacional-Sindicalismo no es una doctrina de salón ni es vacua
palabrería, es una doctrina revolucionaria cuyo objetivo es eliminar
el imperante orden burgués y construir un Estado de carácter
sindical e hispánico. El verdadero militante nacional-sindicalista
debe estar atento y combatir si es necesario y cuando sea preciso a
todos aquellos supuestos “camaradas”que corrompen nuestra
doctrina, transformando a ésta en un chovinismo burgués de corte
derechista.
Este
giro a la derecha castra toda posibilidad revolucionaria,
convirtiéndonos en los guardianes del sistema, en los sirvientes
del capital. Estos pseudorevolucionarios intentarán convencernos con
palabras abstractas y nos hablarán de conspiraciones; nos dirán que
debemos defender la propiedad privada, aunque sea ilícita, nos
mostrarán las bondades del empresariado y del capitalismo,
maldecirán todo movimiento de carácter popular que nazca de nuestro
propio pueblo, que ha decidido manifestarse, e incluso achacarán
todos los males del país al inmigrante, aunque éste sea una victima
más del sistema al igual que nosotros.
Debemos
plantar cara a estos supuestos patriotas, desenmascarando sus
mentiras y desmontando sus falacias. Nuestra obligación es defender
el verdadero carácter de la doctrina nacional-sindicalista frente a
la reacción, hacerles ver que somos sus más implacables enemigos y
que nuestro espíritu revolucionario no claudicará ante nada ni
nadie.
Fernando Roldán "Dardo".
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