El Acuerdo Transatlántico sobre comercio e inversión (TTIP) es un convenio que está siendo negociado entre la Unión Europea y los Estados Unidos. Los objetivos de dicho tratado son eliminar las barreras al comercio entre las dos potencias (aranceles, normativa, restricciones) simplificando así las relaciones comerciales dando lugar a la creación de un mercado único entre la UE y EE.UU.
Las negociaciones han sido iniciadas entre la Comisión Europea al mando del Comisario de comercio y el representante comercial de EE.UU. Ni el parlamento europeo ni los diversos gobiernos nacionales tienen lugar en dichas negociaciones, siendo un secreto todo avance en éstas. Nadie ha consultado a los países europeos si desean entablar negociaciones con Estados Unidos. Se trata pues de un ataque directo a la soberanía nacional de nuestros pueblos.
Los defensores del Tratado argumentan que dicha liberalización del mercado supondrá ingentes beneficios tanto para la UE como para Estados Unidos. La UE podría obtener unos beneficios de aproximadamente 11900 millones de euros anuales y EE.UU. unos 95000 millones con tan solo eliminar la normativa innecesaria. La formación de este mercado único daría lugar a la creación de empleo a ambos lados del Atlántico.
Suena bien, pero si observamos atentamente los objetivos del tratado podremos comprobar que se trata de una jugada perfecta de las grandes corporaciones y lobbys empresariales. La creación de esta zona única supondría hacer una equivalencia entre las normativas de las dos potencias, dando lugar a la degradación de la normativa europea, más exigente que la estadounidense.
Esto supondría un grave retroceso en derechos laborales, como los convenios colectivos, la libre asociación y el salario mínimo. La apertura del mercado de servicios daría lugar a la privatización de éstos, que podrían quedar en manos de corporaciones extranjeras. Nuestra sanidad y educación quedarían a merced de grandes empresas cuyos únicos objetivos serían lucrarse mediante cualquier medio.
Pero esto no termina aquí. La degradación de la normativa europea supondrá la entrada en el mercado de productos anteriormente prohibidos pero comercializados en Estados Unidos como pueden ser la carne de animales alimentados a bases de hormonas, los alimentos transgénicos y productos químicos dañinos relacionados con el cáncer y la diabetes. En el ámbito medioambiental supondría la introducción en Europa del fracking, práctica denunciada por los colectivos defensores del medio ambiente pero extensamente realizada en EE.UU. Para regular la diversa normativa se creará un consejo de cooperación, que permitiría a las corporaciones y a los políticos aprobar la normativa que deseen sin el consentimiento de los ciudadanos.
Como podemos comprobar el TTIP se trata del enésimo intento del gran capital para monopolizar la riqueza, someter a los pueblos, eliminar las conquistas sociales e hundir las economías nacionales. El voraz capitalismo no se contenta con obtener inmensos beneficios sino que busca acumular más y más riqueza aunque esto suponga condenar a la miseria a países enteros. Es necesario que España y el resto de pueblos europeos se opongan radicalmente al TTIP, no vamos a permitir que hagan de Europa su coto privado. Desde Junta Sindicalista decimos NO al TTIP y apoyaremos toda movilización popular contra el tratado.
Por la soberanía de los pueblos. Antes muertos que esclavos.
Fernando Roldán.
Claro, concreto y conciso.
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