1. NACIONALISMO Y EL PATRIOTISMO
El nacionalismo es un individualismo, un egoísmo, que lleva implícito una pretensión de imposición de unas naciones sobre otras. Somos patriotas, en su doble dimensión, como valor solidario y como valor revolucionario. En cuanto valor revolucionario es una estrategia de lucha contra el imperialismo capitalista. Como valor solidario es un elemento que se encuentra perfectamente entramado dentro del humanismo fundamental de nuestro esquema ideológico.
El patriotismo es, ante todo, un sentimiento de solidaridad de unos hombres con otros, de unos pueblos con otros, dentro del marco concreto de una nación. No es una solidaridad sobre una base genérica (la humanidad y la fraternidad universal), sino sobre otras concretas y reales. Es una solidaridad que surge de hacer frente varios pueblos a una problemática común, lo que nos lleva a una acción conjunta y a forjar un destino colectivo único.
Una nación es, pues, una comunidad de pueblos a los que unas necesidades históricas comunes les llevan a una acción conjunta, a relacionarse y a proyectarse al exterior en la historia como un único elemento. Ello se consolida con el transcurso del tiempo en una estructura económica, cultural, política y social común, que existe conjuntamente con la propia de cada uno de los pueblos que componen esa unidad superior.
La expresión dinámica de éstos proyectándose en la historia como una comunidad de destino es lo que nosotros entendemos por Patria. Esta expresión dinámica se concretiza en cada momento en la realización de una tarea o misión histórica determinada.
El verdadero patriota es un hombre consciente:
a) De que una nación no se origina en la mera existencia de una base social o territorial común -nacionalismo-, sino en una necesidad que conlleva una acción, tarea común a realizar y que justifica esa unidad. La gran tarea que los nacional-sindicalistas proponemos hoy como ayer a la comunidad nacional, es el desmontaje del capitalismo, convirtiendo a España en un foco de proyección de una opción social humanista.
b) En la medida en que una nación tiende a ser una comunidad de pueblos, el total respeto a las características de todos y cada uno de ellos -culturales, lingüísticas, legislativas y ejecutivas- es condición indispensable para la propia coherencia y riqueza de la Patria.
c) A partir del concepto dinámico del origen y desarrollo nacional que nosotros asumimos, somos conscientes de que el término de Patria debe proyectarse a comunidades cada vez más amplias (de España a Europa o Iberoamérica, etc.), de forma que a largo plazo PATRIOTISMO Y SOLIDARIDAD HUMANA UNIVERSAL DEBEN TENDER A CONFUNDIRSE, a medida que los pueblos sometidos a una problemática común se amplíen en círculos cada vez mayores.
2. EL PATRIOTISMO: ARMA DE DOBLE FILO
No cabe duda de que el patriotismo, entendido como sentimiento de solidaridad de unos hombres con otros, de unos pueblos con otros, es capaz de movilizar a estos mismos hombres en una acción conjunta de una potencia increible contra todo aquello que ataque esta unión solidaria, tanto desde fuera como desde dentro. Precisamente por esto creemos que ningún planteamiento revolucionario puede pasar por alto este elemento de movilización popular de una importancia primordial tal como la historia se encarga de demostrar (Cuba, China, Vietnam).
Sin embargo, el patriotismo, como prácticamente cualquier otra cosa de este mundo, es un arma de doble filo que puede ser utilizada como medio para la perpetuación de la injusticia tanto como instrumento de liberación ante esta misma explotación. Pero, sea de una forma o de otra, es un elemento de una importancia fundamental en cualquier planteamiento estratégico.
2.1. El patriotismo desde la derecha.
Desde la derecha este sentimiento de solidaridad ha sido utilizado para ayudar al mantenimiento de la injusticia y de la opresión. El "bien de España", identificado con el bien de la clase dominante, ha servido para acallar la lucha del pueblo, PARA REPRIMIR HUELGAS, PARA APRETARNOS EL CINTURON y hasta para exigir nuestras vidas en guerras que en muchas ocasiones nada tenían que ver con el interés de la comunidad nacional y sí con el beneficio de la oligarquía en el poder.
Pero si esto ha sido así en multitud de ocasiones ha sido porque precisamente la derecha ha sido consciente desde el primer momento de la importancia del patriotismo dentro del contexto social. Por esto ha intentado siempre monopolizarlo para conseguir una doble finalidad: por un lado, ocultar la opresión y la injusticia bajo el nombre del supremo "interés nacional" y, por otro, esterilizarlo para evitar su uso por organizaciones revolucionarias que -partiendo de la identificación del interés nacional con el interés y bienestar de los hombres y pueblos que lo componen utilizaran el patriotismo como un valor revolucionario para desbancar al capitalismo y a todo tipo de explotación de unos sobre otros.
2.2. La opción revolucionaria.
El patriotismo es un valor revolucionario porque en cada momento lleva implícito, junto a este sentimiento de solidaridad, otro muy claro de independencia nacional. Este impulsa a las naciones dependientes al anticapitalismo, puesto que bajo el capitalismo no hay independencia posible, sino aumento de la dependencia cultural, económica y tecnológica (la condena al subdesarrollo permanente).
Por supuesto, no podemos confundir la independencia con la insolidaridad en ningún momento. La independencia se basa en el principio del derecho de toda comunidad al autogobierno en los asuntos de su competencia interna. La insolidaridad es el predominio del egoísmo e interés particular de una comunidad en las relaciones con los demás. La insolidaridad dentro de las relaciones internacionales da lugar al imperialismo capitalista y la independencia a la lucha contra ese mismo imperialismo.
El carácter nefasto del imperialismo es evidente, se mire desde donde se mire: provoca la castración cultural de los pueblos, la exportación de plusvalías del trabajo nacional y el analfabetismo tecnológico.
La mera aplicación de tecnología americana -con fuerte utilización de capital y poca mano de obra- da lugar, al aplicarse a un país como España -con más mano de obra que capital-, a fuertes desequilibrios económicos.
Frente a esta colonialización castrante contra el capitalismo, el patriotismo es una verdadera y mortal arma revolucionaria.
Texto sacado del libro "Una brecha para la revolución en España" de Javier Morillas.
Buena labor la vuestra camaradas. Un saludo desde www.circulonacionalsolidarista.blogspot.com.es
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